HUESCA.- En contra de la creencia que muchas personas tienen, «las arañas no son insectos, sino arácnidos». Jugando con esta «metáfora», que además se tomó como punto de partida y se traslada al ámbito de la salud mental, es cómo Miriam Grande, coordinadora de «No soy un insecto», dirigió a trece miembros de Asapme Huesca (Asociación Aragonesa Pro Salud Mental) en la elaboración de la propuesta que se expone hasta el próximo 6 de junio en el antiguo Seminario de la ciudad, dentro del festival de arte emergente Okuparte.
En una sala de este edificio, una araña gigante colgada del techo espera a los visitantes para hacerles partícipes de esta propuesta. Miriam Grande, quien también expone otra obra en Okuparte -esta otra, titulada «Esencia», realizada en colaboración con Leticia Hidalgo-, explicó a este periódico que propuso a los usuarios de Asapme «reconstruir el cuerpo de una araña gigante con diferentes imágenes creadas por ellos».
Así es como el cuerpo del arácnido está formado por fotografías, diferentes texturas y relieves, objetos queridos, espejos, etcétera… Además, los materiales empleados en su elaboración, llevada a cabo «entre todos» en los talleres artísticos de Asapme, precisó Grande, son reflectantes, lo que responde al propósito de «introducir al espectador en la obra» desde su primer contacto visual con «No soy un insecto», para que la propuesta «haga como si se tratara de un soporte social».
La coordinadora de «No soy un insecto», que ya ha dirigido en ediciones anteriores de Okuparte las obras de Asapme, añadió que las fotografías las tomaron los trece usuarios de los talleres durante la realización de los mismos.
A su lado, uno de estos trece usuarios, Abel Borau, explicaba el proceso de creación y la parte de la que él se ocupó. «Yo corté material blanco y luego pegaba las fotografías con pegamento» al cuerpo de la araña, para, como anteriormente había dicho Grande, lograr esa introducción por parte del espectador en la obra desde el primer momento, al observar en la superficie de la araña imágenes y objetos reconocibles por todos.
«No soy un insecto» es una metáfora para que el espectador reflexione sobre el hecho de que «todos formamos parte de este enorme animal, llamado sociedad», intentando por el camino desenterrar esos «estigmas, prejuicios y malas informaciones» que a día de hoy siguen existiendo y que hacen de la salud mental «una forma de exclusión social».
Diario del Altoarágón, 1 de junio de 2010.
Miriam Grande coordinó a usuarios de Asapme en «No soy un insecto»